María Ángela Holguín, Ministra dos Negócios Estrangeiros da Colômbia
«Luisa Santiaga pechichaba a toda hora a Gabito cantándole las canciones de la época:
"este es el fado, fadillo, fadeiro tan colosal y original,
lleva en sus notas canciones del alma, brisas de Portugal"»
«Gabito, el niño que soñó a Macondo» - Aída Gárcia Marquez
Gabito é Gabriel Gárcia Marquez a quem a sua irmã Aída dedica o seu livro!
Cultura Portuguesa que é a convidada de honra da Feira do Livro de Bogotá, inaugurada hoje pelos Presidentes da República Portuguesa e Colombiana.
Juan Manuel Santos se expressou deste modo: «(...) más amable de las invasiones, la de la cultura portuguesa (...) literalmente, Portugal se toma a Bogotá. (...)
Claveles rojos, del color de la sangre que no se derramó,
fueron sembrados en los cañones de los fusiles que no se dispararon.
Qué bonita alegoría para un país que, como Colombia, hoy sueña la paz y tiene razones para creer (...)»
«Traducir poesía no es solo palabra y ritmo, es tratar que la música del portugués se refleje en español" referiu a poeta Lauren Mendinueta tradutora para Português de uma antologia de Álvaro Mutis (1923) que está presente na Feria Internacional del Libro de Bogotá. A poeta «paisa» prevê publicar uma nova obra em 2014, um ensaio intitulado «Mujeres que desnudan mujeres. Una historia del desnudo femenino a través de su pintora»
«Novelas de Mutis y Rivera llegan a las librerías de Portugal» (http://www.eltiempo.com/gente/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12747891.html)
Una afortunada coincidencia une por estos días al inolvidable navegante Maqroll el Gaviero, de Álvaro Mutis, y el viajero Clemente Silva, de la novela La vorágine, de José Eustasio Rivera: su desembarco en tierras portuguesas.Gracias al interés de la cancillería colombiana y de la embajada de nuestro país en Portugal, que se aliaron con dos reconocidas editoriales lusas (Assírio & Alvim y Teodolito), llegan a las librerías de la tierra de Saramago y Pessoa la antología poética Os versos do navegante, de Álvaro Mutis, y A voragem, de Rivera.
Estas dos novedades se presentarán mañana en la Feria del Libro, en razón de que Portugal, país invitado de honor, también llega al país con 32 novedades traducidas al español, lo que crea un diálogo.
Para la traducción de los libros de Mutis y Rivera se contó, también, con la participación de autores de primer nivel, como el poeta portugués Nuno Júdice, quien se encargó de la obra de Mutis, y de la escritora Miranda das Neves, quien asumió el reto de La vorágine.
Ambos trabajos de traducción contaron con el acompañamiento de la poeta barranquillera, radicada en Lisboa, Lauren Mendinueta, quien estuvo al frente de la selección de los poemas de Mutis y de la interpretación de algunas figuras literarias y términos de la obra de Rivera, que resultan difíciles de interpretar en el momento de llevarlos a otro idioma.
"Leímos la obra poética completa de Mutis, no solamente los libros publicados, sino su poesía recogida en revistas y otras obras que no se encontraban en ninguna otra antología, gracias a la ayuda del propio poeta, que estuvo muy atento a la edición. Él, además, habla portugués perfectamente y tiene muchas referencias a este país", explicó Mendinueta.
La poeta agregó que La vorágine fue un proceso un poco más dispendioso, por su antigüedad y la terminología usada por el autor.
"Fue un trabajo enorme -dijo- porque se trataba, además, de una novela que tiene un siglo, con muchas palabras que ya han caído en desuso, incluso para nosotros los colombianos".
"Cuando pensamos el proyecto, quisimos transmitir la fuerza telúrica de la naturaleza colombiana. Mutis, con las montañas del Tolima, con esa exuberancia de la tierra caliente, tan presentes en su poesía, y Rivera con su mirada única de los llanos y de la selva, y esa fuerza misteriosa del trópico", anota el escritor Germán Santamaría, embajador en Portugal, quien presenta los libros mañana con el poeta Nuno Júdice, a las 6 p.m., en la sala Porfirio Barba Jacob.
Hoy, en la Feria
Homenaje a José Saramago, con Laura Restrepo y Pilar del Río, esposa
del fallecido premio Nobel portugués. 6 p.m., sala Tomás Carrasquilla.Apertura de la exposición de La Cueva, del Grupo de Barranquilla, en el pabellón 18 de Corferias, a las 6 p.m.
'Jam Session': Afonso Cruz (Portugal) con Manuel Kalmanovitz. 7 p.m., auditorio del pabellón 4 de Portugal.
Presentación de las antologías poéticas de los poetas portugueses Vasco Graça Moura y Nuno Júdice. 5:30 p.m., en el auditorio del pabellón 4 de Portugal.
Presentación del libro 'Orlando Fals Borda: una vida de compromiso social'. 4 p.m., sala Manuel Mejía Vallejo.
Para dar y convidar, con Luis María Pescetti (Argentina). 6 p.m., en el pabellón Juvenil de Colsubsidio.
CARLOS RESTREPO
«Reconstruyendo a Gabo: cuatro escritores dan su versión del Nobel» (http://www.eltiempo.com/carrusel/ARTICULO-WEB-NEW_NOTA_INTERIOR-12748079.html)
Aída García Márquez, Plinio Apuleyo, Gustavo Castro Caycedo y Óscar Pantoja hablan sobre Gabo.
«Sus brillantes narraciones, su magia y la vitalidad de una pluma que permanece, han hecho de Gabriel García Márquez un escritor más que entrañable. Cada lector tiene su versión sobre él, lo siente cerca de una manera distinta. Por eso invitamos a cuatro escritores -que han tenido una relación directa con él o que han estudiado su obra- para que nos cuenten su percepción particular del Nobel.'Gabo, el mago', por Plinio Apuleyo Mendoza.
'La novela de Gabo en Zipaquirá, donde lo hicieron escritor', por Gustavo Castro Caycedo.
‘No conozco a García Márquez’: por Óscar Pantoja
'Las fuentes de su magia', por Aída García Márquez
Cierro los ojos para ver claramente a mi hermano mayor en el centro
de aquel patio de su infancia. Y pensar qué factores influyeron en su
personalidad y en su inagotable imaginación de escritor.Una de las influencias en su formación, sin duda, fue el método utilizado en el Colegio Montessori en donde cursó sus años infantiles; este le dio oportunidad al desarrollo de sus sentidos.
Con los ejercicios de silencio se educaba el oído; el tacto palpando superficies lisas y ásperas; el desarrollo de la vista utilizando loterías, rompecabezas y figuras con ausencia de detalles para distinción de cuál faltaba; el sentido del gusto se educaba diferenciando sabores de frutas.
El orden de las aulas llevaba a la educación del gusto estético. La disciplina bien utilizada lleva a la puntualidad, exactitud, al control del tiempo, al orden, a la buena presentación, a la limpieza.
La revisión diaria de limpieza personal: oídos, manos, uñas, vestido, etc.
El elemento principal del aula era el profesor. Su pulcritud, su modo de actuar en todas las acciones, su ternura, su delicadeza y sumado todo esto a la belleza y el cariño para tratar infantes, hacen de la escuela el paraíso y la alegría para nunca olvidar el aprendizaje.
Todo lo anterior logró en Gabito un modelo perfecto para aprender y estimular su mente infantil, agregando a esto la presencia de la profesora en la casa de los abuelos en los cumpleaños, visitas y fiestas.
El entorno familiar: Gabito recibió a plenitud la influencia positiva de los abuelos. El abuelo Nicolás lo escuchaba, lo atendía, le aclaraba dudas, le enriquecía su vocabulario con explicaciones claras a la medida de sus inquietudes de niño que iba descubriendo la realidad con pasos avanzados, llenándole la mente con ideas claras que le quedaban latentes para enriquecer su futuro y para que no le quedaran inquietudes.
Las historias de la Guerra de los Mil Días colmaban su curiosidad y las fue almacenando en su extraordinaria memoria, y sobre todo que le eran interesantes porque fueron acontecimientos vividos por su propio abuelo.
Los cuentos representados por tantas mujeres que lo rodearon con verdades y mentiras y otras con fundamento, como las lecturas de las tiras cómicas, que además de despertarle el deseo de leer, le ayudaban a razonar el contenido. Las lecturas de libros como Las mil y una noches y las fábulas llenas de realidades y fantasías que contenían los cuentos de los Hermanos Grimm, que daban la oportunidad de soñar, de sentirse reyes, príncipes, héroes, y de todo aquello que tenía a la mano en el cuarto de los baúles donde Sara Márquez, la prima, había dejado cuando estudiaba en el Colegio de la Presentación de Ciénaga.
La alimentación al cuidado de mi abuela Tranquilina: pollito asado al carbón, huevo tibio blando con un poco de sal, sopas de fideos con pedazos de guineo verde y ñame. La cocoa o chocolate en leche acompañado con galletas fabricadas en la propia casa, que nos servían a las cuatro o cinco de la tarde cuando sonaba el trueno en la Sierra Nevada.
La atención esmerada de mi tía Elvira, tía Pa, que bordaba en su máquina de coser rodeada de sobrinos preguntando: "¿De dónde sale el hilo que sale debajo de la máquina? ¿Por qué cuando pasas el hilo no te pinchas el dedo con la aguja? ¿Cómo se llama la muñeca que está pintada en el librito donde están las partecitas de la máquina? Y ¿por qué? Y ¿por qué?". En esos momentos entraba Wenefrida, Nana, que tenía un gran sentido del humor, a burlarse de todo cuanto preguntábamos y a distraernos y dejar en paz a la pobre tía Elvira de tanta preguntadera.
Luisa Santiaga pechichaba a toda hora a Gabito cantándole las canciones de la época: "este es el fado, fadillo, fadeiro tan colosal y original, lleva en sus notas canciones del alma, brisas de Portugal". Y a veces lo dormía con cantos inventados: "El pollito asadito me lo como con Gabito".
Cuando Gabito ya era considerado como el mayor, se lo hacían sentir, y se notaba porque daba órdenes como lo hacía con sus compañeros en la escuela primaria donde ya estaba estudiando.
Cuando pedía dinero a mi mamá para comprar cualquier golosina decía: "Dame dinero para comprar, para que veas que se te quintuplica". Y realmente se le cumplió, porque cuando creció siempre tenía para darle a mamá lo que le pedía.
La abuela Tranquilina influyó en la parte supersticiosa y sobrenatural, propia de sus ancestros guajiros. Creía en fantasmas, brujas, seres del otro mundo. Todas esas historias que creía se las contaba a Gabito, con su cara de palo como si todo este mundo fantástico e irreal fuera de verdad.
La influencia de mi papá con respecto a Gabito, no la recibió con trato personal porque su infancia fue en la casa de los abuelos. Su amor a nosotros lo demostró con su ejemplo, nunca lo vimos embriagado, ni fumando. Se preocupó por darnos siempre una casa para vivir. Le gustaba referirnos cuentos, inventados muchas veces por él. Nos dejó también el sentido del humor, la lealtad y la honradez en el manejo del dinero. Fue un lector asiduo y también le gustaba escribir y lo hacía muy bien. Tocaba el violín, le gustaba el piano, la poesía y las artes. Poseía una gran visión del futuro, quería que todos estudiáramos inglés y decía que las gaseosas y los jabones serían las empresas que más florecerían. Le encantaba que todos estudiáramos y decía: "La verdadera aristocracia es la del talento". Aun cuando quería que Gabito estudiara Derecho, fue feliz y se sintió orgulloso de los triunfos de sus hijos, de sus capacidades y se llenaba de orgullo hablando de su hijo Gabriel José, y tuvo la dicha de disfrutar la felicidad del Premio Nobel de Literatura que ganó Gabito.
Tomado del libro Gabito, el niño que soñó a Macondo.
Hablando de Gabo en la Feria del libro
Mañana, de 7:00 a 9:30 p.m. en el auditorio José Asunción Silva, en Corferias, Aída García Márquez, hermana de Gabo y autora de Gabito, el niño que soñó a Macondo; Plinio Apuleyo Mendoza, amigo del Nobel y autor de Gabo, Cartas y recuerdos; Gustavo Castro Caycedo, autor de Gabo: cuatro años de soledad, y Óscar Pantoja, guionista de la novela gráfica Gabo: memorias de una vida mágica,
conversarán sobre la vida y obra del escritor. La tertulia será
moderada por Fernando Quiroz, e invitamos a nuestros lectores a que no
se pierdan este encuentro en el que se homenajeará a uno de los más
grandes de la literatura.»REDACCIÓN CARRUSEL
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