FARC have many women as members ... why? This is them site: http://mujerfariana.org/
Colombia after 50 years of FARC (guerrilha) and 17 years of AUC (paramilitaries), waiting for a real peace from all sides of violence.
FARC really want peace? We hope so. Is very important for all Persons of Colombia and implicate a great and Christian capacity to give pardon and stop all bad feelings of vengeance for stop vicious circles of violence from FARC or AUC and the integration of Persons in these groups.
«La Habana, Cuba, sede de los diálogos de paz, diciembre 17 de 2014
Cese al fuego
«Odio eterno a los que deseen sangre y la derramen injustamente»
Simón Bolívar, 1820, en la firma del armisticio con el español Pablo Morillo
Se acerca el final del 2014 tras dos años y algunos días de diálogos
de paz adelantados en La Habana, Cuba, entre plenipotenciarios del
gobierno colombiano y de la Delegación de Paz de las FARC-EP. Durante el
tiempo señalado hemos intercambiado tesis, propuestas, y alcanzado
algunos acuerdos parciales manteniéndonos en todo momento en pie de
igualdad y con los mismos derechos y deberes emanados para ambas partes
del Acuerdo General de agosto de 2012. En la actualidad, nos encontramos
estudiando y buscando salidas a temas y problemas difíciles, por razón
de la naturaleza compleja de estos últimos, o porque en más de cincuenta
años de conflicto interno se han aplazado soluciones que han debido ser
aplicadas para beneficio colectivo.
Los diálogos han puesto de manifiesto que la patria colombiana
requiere de una honesta y profunda revisión. La desigualdad y la pobreza
generalizada, la incompetencia estatal para hacer prevalecer el buen
gobierno, la justicia y la paz, no han permitido sembrar concordia ni
construir las bases de una reconciliación perdurable. El conflicto
social y armado sigue vigente; originado en la llamada “violencia
partidista”, en la injusta visión histórica sobre vitales asuntos
atinentes a la tierra, en el manejo indigno de los dineros públicos, en
la concentración sin límite de la riqueza nacional en contadas manos,
cada vez más garosas, y en una institucionalidad pública inservible por
haber sido arrinconada por inescrupulosos detentadores del poder,
confirma que en la Mesa de Conversaciones, el reto que tienen por
delante los plenipotenciarios es de una inmensidad sin precedentes.
Para quienes tenemos el compromiso de ensamblar el escenario a partir
del cual se construirá una nueva República con el concurso de todos y
cada uno de los hombres y mujeres que conforman el componente humano de
una misma patria, los meses por venir son fundamentales. Dicho escenario
es único; no es cualquiera. Se trata, ni más, ni menos, del escenario
del ahora o nunca. Es el escenario añorado por todos, por el cual hemos
luchado y padecido tanto: es el escenario de la paz, de la
reconciliación, de la hermandad con justicia social.
Apelando al sagrado e irrevocable derecho a la rebelión, que por
razones que siempre brotaron de la inhumana existencia de quienes todo
carecían por habérseles negado el mínimo vital en todos los terrenos,
buscamos con las armas, como recurso último de expresión política, por
lo menos colocarnos en pie de igualdad con el despiadado adversario de
todos los tiempos, para que nuestra voz, que es la del pueblo excluido
no continuara siendo desatendida. Por esto no desperdiciamos la actual
coyuntura que sirve para exponer con justos títulos un abanico de
reclamos acompañados de decenas de soluciones. Nos encontramos en Cuba
para seguir forjando Patria. Construyamos entre todos el porvenir. Es
nuestro llamado.
Ayer, durante la última audiencia de víctimas del conflicto al
escuchar sus relatos, evocamos, con ineludibles sentimientos
encontrados, a otras víctimas que ya nadie recuerda, pero que las
FARC-EP siempre honran llevándolas en su memoria individual y colectiva y
por las cuales continúa buscando la reconciliación nacional pero
arropada en todo lo que pueda significar la palabra “justicia”. Las
víctimas de la inescrupulosa violencia partidista, las víctimas de los
“cortes de franela”, las víctimas de la primera generación de
paramilitares de la décadas de los cincuenta y los sesenta del siglo
pasado, las víctimas de la dictadura militar de ingrata recordación, las
víctimas de la injerencia extranjera tolerada por gobiernos
bipartidistas, las víctimas de las desapariciones forzadas, del
desplazamiento y las ejecuciones extrajudiciales.
Las víctimas de Marquetalia, Ríochiquito, El Pato y Guayabero; las
mismas víctimas que nosotros en defensa de altas miras hubiéramos podido
provocar por error; las víctimas de los hombres de Estado y de la
fuerza pública; las víctimas militantes de la Unión Patriótica; las
producidas por la nueva generación de paramilitares en connivencia con
agentes de las diversas armas oficiales. Las de los hornos crematorios,
las masacres y las motosierras, y las que reposan en la tumbas N.N.;
o las que cuyos cuerpos flotaron río abajo hasta desaparecer; y las que
nunca fueron registradas; y las víctimas de la miseria y el hambre, de
la desigualdad y, en general aquellas víctimas que somos todos los
colombianos, a manos de ese, el más grande y más funesto de todos los
victimarios: el Estado.
Visto lo anterior, inspirados en el derecho de gentes, tradición
constitucional colombiana y homenaje a todas la víctimas ocasionadas en
razón del conflicto que buscamos superar, y en consideración al trabajo
que nos compromete cada día más con el espíritu trazado en la parte
motiva de la agenda de La Habana, y, en atención a que creemos que hemos
iniciado un recorrido definitivo hacia la paz acompañado de un proceso
constituyente, hemos resuelto declarar un CESE UNILATERAL AL FUEGO Y A
LAS HOSTILIDADES POR TIEMPO INDEFINIDO, que debe transformase en
armisticio. Para el logro de su pleno éxito, aspiramos contar con la
veeduría de UNASUR, CELAC, el CICR, y el Frente Amplio por la Paz. Este
cese de fuegos unilateral, que deseamos se prolongue en el tiempo, se
daría por terminado solamente si se constata que nuestras estructuras
guerrilleras han sido objeto de ataques por parte de la fuerza pública.
Es nuestro anhelo que el pueblo soberano asuma también y de manera
protagónica esta veeduría, dado que con ella se busca el beneficio de la
patria lacerada y un homenaje a las víctimas de ayer y de hoy.
Sea la oportunidad para llamarle la atención de forma clara y directa
al Presidente Santos por haber mostrado, una vez más su regocijo en
twitter, por la muerte de algunos de nuestros compañeros de armas y de
ideas el domingo anterior. La guerra no puede ser motivo de gozo sino de
pena, así se den resultados que puedan beneficiar episódica y
transitoriamente a alguna de las partes. Precisamente el respeto a los
caídos es un principio universal de humanidad sin consideración del
bando que ellos representen. No más circo, no más exhibicionismo de
fuerza incontrolada, no más cobro de facturas con el sacrificio de vidas
ajenas.
Queremos contrastar. Queremos superar los episodios inútiles de
sangre. Lo hemos manifestado una y otra vez sin haber sido escuchados.
Así y todo manifestamos que el mencionado cese de fuegos y hostilidades
entrará en vigor a las 00:01 horas del 20 de diciembre de 2014, si para
la fecha se cuenta con la disposición de verificación, de al menos una
de las organizaciones mencionadas.
La presente decisión está siendo comunicada formalmente al gobierno
de Colombia. A embajadas y sedes diplomáticas a nuestro alcance. Al
Secretario General de la Organización de Naciones Unidas, ONU; a la
Unión Europea; al Comité Internacional de la Cruz Roja, CICR; a la Unión
de Naciones Suramericanas, UNASUR; a la CELAC; al Papa Francisco; a
otras cabezas de credos reconocidos universalmente; al Centro Carter, y a
ONG’s de reconocimiento mundial.
Estamos dispuestos a convocar en La Habana a todas las organizaciones
colombianas sin ánimo de lucro, amigas del proceso de paz, para
rendirles un informe sobre la iniciativa acá presentada y con el
propósito de invitarlas a que respalden esta iniciativa por la paz de
Colombia.
Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP»